Con esta expresión, que he aprendido hace bien poco, se expresa algo tan castellano como “a mí, no me la pegas”, y con una u otra frase quiero dar entrada al post de hoy- Lo que decimos vs lo que hacemos, porque una cosa es el “paripé” y otra bien distinta “los resultados”, así que…hablemos de resultados.

Los vendedores están/estamos sometidos siempre a la cifras, son nuestra cruz, si no hay cierre, no hay vendedor, y como diría mi amigo gallego “Sergio”: – los goles es lo único que se paga. No puedo estar más de acuerdo con él, nos contratan para eso, nos forman para eso, y cualquier otra cosa, no es algo que genere valor en “nuestra profesión”, así que, no nos engañemos.

Con esta introducción, cabe pensar, ¿estoy en la profesión adecuada?, y yo te contesto, si te gusta ayudar a las personas, los retos y tienes un oído fino, te aseguro que estás en un lugar en el que puedes ser muy feliz y además ganar más dinero que la inmensa mayoría de los dueños de Pymes y Micropymes, ya que ganar más de 3.000€ en una empresa pequeña, no es tan fácil como parece, ya que un empresario trabaja de lunes a domingo, mientras que un vendedor trabaja de lunes a viernes y sin riesgos, así que aprovecha la oportunidad que tienes en la empresa que te paga hoy para ser cada día mejor.

¿Cómo puedo ser mejor?

Mejorando tu rentabilidad por unidad de tiempo, es decir, como no hay clientes para todos, se trata de que en tu tiempo útil trabajes de una manera que sea 100% productiva, y esto no quiere decir que no hagamos burocracia, pero si la burocracia supone más de un 30% de tu tiempo útil, no vas a desarrollar todo tu talento nunca, ya que te comerán los papeles, los email y las gestiones administrativas, y te digo más, un vendedor vende, un administrativo, administra.

Céntrate en visitar, llamar y proponer, es una sencilla regla matemática, cuando más visites, más venderás. Crea nuevo negocio a tu empresa, no muevas papeles, la fidelización está sobrevalorada, lo único que importa de verdad en una empresa es “aumentar las ventas” o dicho en el argot futbolístico, meter como mínimo, 25 goles por temporada.

Buena semana