Una vez escuche decir: hay que comer como si el alimento fuera medicina, es decir que una vez se calma la necesidad, deberíamos de parar, pero la mayoría seguimos comiendo más veces de las debidas hasta saciarnos.

¿Qué tiene que ver esto con las ventas? Nada y todo, depende de usted. La vida se entiende mejor con metáforas.

El vendedor puede vender para dar servicio a la empresa que le paga primero y a la gente que se interesa por su producto después, pero a veces ocurre que ni el empleado cumple los mínimos, ni la empresa cumple lo pactado. En cualquiera de los dos casos el final no será muy productivo para ninguna de las dos partes.

Si el vendedor tiene la vocación de ayudar, el dinero debería de ser una consecuencia y no un fin en si, cuando se hace bien un trabajo, se disfruta, cuando es vocacional, no pasan las horas, el tiempo se para, el cariño con el que tratas a clientes y compañeros se convierte en una forma de vida, es el ideal, es la santidad de los vendedores, pero !Qué poco hay de esto en todas la profesiones! como ya he dicho en algun post, cuando la profesión puede con la vocación, apaga y vámonos.

Si nos levantamos pensando, ¿a cuánta gente voy a ayudar hoy? que pasada, que disfrute, si no hay distracciones externas que nos hagan desviar nuestro centro de atención de lo que nos da de comer y además proporciona multitud de satisfacciones profesoinales y personales, sería perfecto, pero perdemos el foco con facilidad, o por defecto o por exceso. Tan malo es coger un Rolex cuando vamos a setas, que coger todas las setas que encontramos hasta dejar el campo esquilmado, ¿la medida justa? la de la felicidad deseada, en el termino medio está la virtud, lea el titular otra vez y coma como si el alimento fuera medicina.

Gracias y buen 22 de agosto del 2019