Hasta ahora, ni siquiera los grandes males y catástrofes que acontecían en el mundo nos habían hecho reflexionar sobre nuestra fragilidad, si en apariencia, pero no desde lo más profundo de nuestro interior. Me viene a la mente el desastre en Haití, por ejemplo, y el posterior derroche y desvíos de dinero a lugares que no eran los previstos para paliar aquel desastre.
Huracanes, tormentas tropicales, terremotos, y sucesos que hasta ahora nos parecían tremendos, eso si, vistos por tv y desde el salón de nuestra casa, hoy tornan de otro color ante la llegada de un hecho de dimensión mundial y de impredecibles consecuencias..
El Covid19, ¿es un problema o una solución?, contéstese usted mismo, pero en mi caso en particular, solo aprendí de los golpes, de los errores, de las caidas; de los éxitos nadie aprende nada.
La crisis que va a generar el miedo de «El Covid19» no hará distinciones, no nos preguntará por nuestra raza, color, o tipo de gobierno, el miedo es un mal muy demócrata, es para todos y en lo global nos afectará a todos, porque es muy posible que la economía sufra la mayor catarsis de la historia contemporanea y nosotros con ella.
Una vez oí decir: cuando te suceda malo, no te preguntes ¿por qué? sino ¿para qué?. Todo lo que nos sucede, busca en nosotros una respuesta, una evolución.
Móviles de 2.000€, ropa en los armarios con etiquetas, comidas en restaurantes de 200€, portales que promueven la infidelidad, acceso a drogas de todo tipo por lo que cuesta una ronda de bar, más tipos de cervezas que de fruta, tomates sin sabor, mar y caminos de plástico, abuelos solos, perros como personas y personas como perros, futbolistas de 100 millones de euros.
¿Se nos había ido de las manos?, pues preguntémonos una vez más; ¿para qué nos está pasando esto? ¿cuál es la lección que tenemos que aprender?
Volvamos al principio, al origen de todo, ahí están las respuestas que buscamos y buscaremos. La honestidad, la paciencia, la generosidad, la misericordia, la rectitud de intenciones; todo está escrito, las respuestas ya están escritas hace miles de años, el Covid19 sólo es un aviso para que volvamos a repasarlas. (Lea el libro de la Biblia «Provervios»).
Por cierto, venimos desnudos y desnudo nos vamos de este mundo, así que tranquilos, el que nada tiene, nada pierde, tan solo podemos perder la vida, si el miedo nos atenaza de tal manera, que nos impida seguir sintiendo que somos parte de un maravilloso regalo, eso si, por tiempo limitado, aún así, tenemos que seguir dando gracias cada día.
Buen lunes 09/03/2020