Esta frase la escuché hace poco, pero refleja muy bien a ese tipo de personas que aportan poco y solo dan guerra a su alrededor. Es una actitud que se apropia de éxitos ajenos y huye de fracasos propios. Han aprendido a vivir así, se lo consintieron y tal vez así morirán. Estos son, los que solo dan problemas.

Hay otros carros, los que van hasta arriba de carga, y sin embargo, apenas hacer ruido: cargados de trabajo, de esfuerzo, de responsabilidad, de familia, de mala salud etc… He visto muchos carros cargados hasta los topes, y con la carga bien colocada, era increíble lo que cabía. Estos son los que solo dan soluciones.

Ahora viene el cómo hacer que un carro cargado no se rompa, pues sencillo, yendo muy despacio, ese es el secreto, como para casi todo, el ten con ten. La carga limita la velocidad, es más, la velocidad y la carga, aumentan gravemente el riesgo de desplazamiento en curvas, y curvas siempre hay, y en algunas, nos encontramos arena o nieve sin previo aviso, no es filosofía, son leyes físicas.

¡Qué difícil es ser carro cargado!, enseguida hablamos, enseguida opinamos, enseguida juzgamos; andamos por ahí todo el día haciendo ruido como cacharros viejos, como carros vacíos. Una buena penitencia no es ir a Fátima y caminar los últimos 5 kilómetros de rodillas, una buena penitencia es la obediencia, la humildad y el silencio, eso agrada a todos, y cuando digo a todos, es a todos. Esto, también es venta, pero como se me olvida con frecuencia, por eso me lo escribo aquí.

¿Cuánta carga somos capaces de llevar?, ¿ordenada?, igual tal vez más de lo que nos creemos.

Santiago Capitulo 3, 16
Donde hay envidia y rivalidad, allí hay desorden y toda clase de maldad.