Me dice muchas veces Juan Yagüe, hombre sabio por naturaleza y por lo demostrado, una frase que me da pie a escribir el post de hoy:
Ángel: -Muchas veces tenemos que hacer lo que nos gusta, pero muchas otras “TENEMOS Y DEBEMOS” hacer las que no nos gustan.
La humildad y la dulzura, son tal vez cualidades de Santos, por eso son Santos. Tal y como le pasó a San Francisco de Sales, que logró domar un carácter pasional, vehemente y arrogante, para convertirse en el hombre más dulce y humilde que había sobre la faz de la tierra, ese fue su gran milagro.
Dominar nuestro yo, nuestra vanidad, nuestro ego; son formas de matar a nuestra idolatría, cuando no soy sensible al otro y dejo de escuchar, he perdido la partida, pero no la que ven otros, sino la interna, la que nos mina por dentro.
Hemos visto a muchos caer, y muchos otros caerán delante de nuestros ojos, y cuando más arriba subimos, más duro es el golpe, le diré marcas que les sonarán a los más talluditos:
Hummer, Lehman Brothers, Blakberry, Saab, Don Algodón, Galerías Preciados, Barreiros, etc…
¿Motivos?
Exceso de confianza, perdida de capital humano estratégico, exceso de riesgo, no mantener sus valores de origen, mentir en su promesa o no cumplirla; en definitiva, no escuchar al monstruo llamado “Mercado”, que como digo siempre, cambia de parecer en el momento más inoportuno.
Por eso, hacer lo que apetece, o amar al amado, no tiene mérito, el valor está en hacer lo que no apetece, o en perdonar al que te ofendió, todo está escrito.
Por cierto, la foto es de una charla de 1993 en Toledo cuando tenía el negocio de multinivel Herbalife, estoy junto a uno de mis compañeros, Torrecilla, entonces teníamos más hambre y ganas, que conocimiento, pero era lo que había que hacer.
Mateo 6,12
Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.