Por lo que he vivido, cuando montas un negocio siguiendo las tendencias, es como ir a surfear y querer subirte a todas la olas, es muy posible que termines exhausto, pero hay fórmulas más seguras. Me explico. Los negocios de éxito que conozco personalmente, reponden principalmente a la forma de ser de sus creadores. Hay personas que hacen negocios porque compran bien y no se ocupan demasiado de vender, y los otros, tienen muy clara su vocación de servicio, y esa conciencia personal de ayuda a otros, es un iman para los clientes primero y luego para los empleados y colaboradores. También existen los híbridos, es decir, mitad y mitad, pero normalmente este tipo de empresario nace y se corresponde al aprendizaje, por eso nolo tipifico.

Pertenezcan al primer, segundo o tercer grupo, les daré unas ideas para descubrir, recordar o reforzar máximas que son como el caldo de pollo, «en el peor de los casos, no hacen daño», pero si son emprendedores o lo van a ser, estas 3 ideas les servirán de mucho y les ahorrará dinero, de eso sí estoy seguro:

No se puede agradar a todos

  • Cuando se monta un negocio, no lo monte pensando en todos, ya que nunca hay una solución que satisfaga a todo el mundo. No cometa el error de pensar, !Es que esto es para todos!, porque hay tanto tipos de personalidades como personas. Usted es una de esas personas, así que trate de hacer un negocio que le agrade sobre todo, a usted.

Haga su cocina

  • Explicaré el párrafo anterior de otra manera, si tiene un restaurante y cada día hace una cocina distinta, es mucho más caro fidelizar a sus clientes, y sobre todo, es muy complejo mejorar su cocina, porque no hay un patrón de actuación sobre el que trabajar, recuerde que hacer una tortilla de patatas bien rica, es un arte, así que imagine hacer 10 primero y 10 segundos con cierta calidad. Hay restaurantes que viven de vender Judiones de la Granja de San Ildefonso y Cochinillo Asado de Procose, pero lo hacen extraordinariamente bien, y además con gracia, como por ejemplo, El Mesón de Cándido de Segovia.

Deje que el tiempo haga su trabajo

  • El tiempo es un regalo de Dios, y sin embargo, es algo que despreciamos habitualmente, pero es uno de los mejores aliados de los empresarios si se gestiona bien. El tiempo es una constante que consigue que el cemento forje y que los negocios se consoliden. Lo que hoy no gusta, mañana puede apasionar. El mercado es un monstruo voraz que cambia de gustos por momentos y lo conforman las opiniones de todos, y como de todo nos cansamos, solo tendremos nuestra oportunidad, si nos mantenemos constantes, eso lo sabemos bien los que nos hemos arruinado y levantado la cabeza varias veces.

Espero haberles ayudado, o al menos, entretenido.