Solo cuando nos reconocemos débiles tenemos una posibilidad de salir victoriosos en la pelea a la que nos enfrentamos en la vida, porque a parte de que, en lo púramente humano es una cura de humildad, y eso nunca sobra, en lo empresarial, nos sirve para ponemos las pilas a tope y buscar de verdad y sin filtros lo que nos hace falta para mejorar, quitando de en medio la paja de todo aquello que nos distrae. TODOS COMETEMOS ERRORES, TODOS.

Desde mis inicios en el mundo de la venta y por mi forma de procesar la información que recibo, siempre trato de simplificar lo difícil, a veces en exceso, y el motivo no es otro que optimizar los procesos de la manera más eficaz posible, ¿Cuál ha sido el resultado?, aumento de productividad pura y dura en todos los equipos a los que he formado y dirigido.

Con o sin CRM, con o sin KPI´S, si no tenemos una metodología filosófica y pragmática clara y contrastada, crecer en ventas es imposible, porque cuando trabajas con un colectivo en el que el talento y las ambiciones se distribuye de forma aleatoria e irregular, tienes que darles pautas que hagan del lider una luz para el resto y del menos lider un elemento sumatorio y consolidador. Cuando al talento le unes una forma de trabajar homogénea de todo un equipo y una alta motivación, estás creando un equipo al que es muy dificil parar, tanto a nivel individual, como colectivo.

El próximo 1 de octubre retomamos «El Método» (Curso de Técnicas de Venta de Alto Rendimiento) y será en Madrid, ya tocaba después de salir de la pandemia con éxito, pero no sin adaptarnos a los cambios que nos obligaba el bichito. Así que, todos a una como en Fuenteovejuna.

Lo mejor, siempre está por venir.(Rom 8,28)