Por muchos éxitos que hayamos tenido en el pasado, un vendedor vale lo que importa su último contrato, es como los «delanteros centro», el pasado no vale, solo hay presente, y la expectativa que se pone sobre este perfil siempre es muy alta, porque así se venden en las entrevistas y así paga el mercado por ellos, así que después de apostar por uno de estos perfiles, solo falta una cosa, meter gol, o dicho de otro modo, vender.

 

Todos los que nos dedicamos a las ventas sabemos que no son ciencias exactas, no son matématicas, aquí 1+1 no son 2, me explico, haces lo mismo dos días seguidos con dos clientes similares, y el resultado nunca es igual, aquí la variable que es indeterminada es «el alma» pero además no sólo el alma del cliente, sino la nuestra, todo depende de la concentración y la calidad de la conexión con el cliente en cuestión, son matices, es música, enseguida y por lo que menos te imaginas, falla un acorde, y todo se va al garete; es pura alquimia.

 

¿Consejo? Buen producto y deseo sincero de ayudar a los demás, eso no suele fallar para establecer un buen comienzo, pero eso no garantiza el resultado, solo el inicio de una relación de calidad, que ya es bastante para empezar y para ir creando confianza entre dos personas que no se conocen.

 

La venta siempre está hecha cuando nos vienen a ver, y somos nosotros los que la matamos.

 

Buena semana