Pico cerrado y servicio. Ese es el remedio, porque cuando andamos que nos subimos por las paredes es porque hemos pasado la línea de nuestros límites, queremos más parte del pastel de la que nos toca repartir, e igual que el cuerpo tiene sus límites, el alma también los tiene y llora de esa manera, nos rompe por dentro, nos hace sentir que algo va mal, y entonces intentamos curar el cuerpo, cuando lo que necesita dura es el alma, esa alma que se nos echa encima.

Antiguamente se retiraban al desierto para purgar culpas, para limar esquinas, porque allí no había excusas para echar la culpa a nadie de sus problemas, pero ahora nos metemos en internet, con lo que agravamos más aún nuestro malestar, y entonces, ya ni queremos la familia que tenemos, ni queremos la pareja que tenemos, ni el trabajo que tenemos, podríamos decir que estamos mal en todos los sitios y con todas las personas, pero la educación que nos han dado hace que lo disimulemos.

Una persona feliz, es una persona que acepta, y no digo que no luche, pero si recibe lo que le llega con humidad, y entonces, su estado de ánimo no se verá afectado en gran medida, porque es la humildad y es saberse débil lo que no nos dejará pasar líneas que no nos podemos permitir y de las cuales es difícil retornar sin heridas profundas.

Es una actitud ante la vida. Todos queremos más de lo que podemos, nos endiosamos. Todos, sabemos que, para llegar de A a C, tenemos que pasar por B, pero pocos son los que hacen el recorrido completo, y al final salen las llagas, del esfuerzo, porque el tiempo que necesitas para hacer pie en tres bases, lo tiramos, lo despreciamos, y ociamos en vacío, en vez de hacer bien el guiso, que, como todos los guisos, requieren tiempo a fuego lento.

En la venta es igual, todo está vendido siempre, pero el ansia del alma, una falta de amor por el trabajo y la empresa que nos da la oportunidad de servir a los demás, nos hace caer una y otra vez en los mismos errores, en el egoísmo, la vanidad y la soberbia.

Quédense con esta frase: Trabajen bien y poco, y luego pueden y quieren trabajen más, porque tonto es el que trabaja mucho y mal.

Si quieren emplear energía en algo, háganlo en servir a los demás, eso curte y nos pone en nuestro verdadero lugar.