Así de directo fue un amigo mío esta mañana al preguntarle cómo iba el mes en su empresa al comienzo del año, además, me arengaba para que le diera ideas que le pudieran ayudar a conseguir esa facturación en un mes de arranque como es enero, que tiene tan cerca el mes de diciembre, en el que la mayoría de las personas que nos dedicamos a vender, lastramos cierto cansancio, más mental, que físico, pero todo se inicia en el cerebro.

Pues bien, esto es lo que le dije y esta es la moraleja que comparto con vosotros.

Un arranque de ejercicio es duro, sobre todo, por lo dicho anteriormente, apenas has saboreado las mieles de un buen cierre, cuando se te echa encima el siguiente año, los gastos no paran, y eso, crea en nosotros una acedía inicial que nos puede llevar a cometer un error que ya he nombrado en otras ocasiones, “el parálisis del análisis”, y claro, tenemos la cabeza embotada, y el cuerpo como sigue a la cabeza, pues también.

Lo que me parece mejor para los arranques de año, es lo mismo que un entrenador le diría a un practicante novato de cualquier deporte:

  • Primero, calienta, trota, despacio, sin prisa, pero sin pausa; primero tonifiquemos y luego vemos cómo evolucionamos.

Es decir, primero hay que desentumecer los músculos (de la cabeza), soltarlos, y eso no se puede hacer si estamos dando a la cabeza sin acción, hoy el teletrabajo permite ordenar muy bien el tiempo. Si queremos, y con las tarifas planas de móvil, tenemos una oficina en cualquier rincón de nuestra casa, ¿qué falta entonces? pues empezar a plantearnos objetivos personales y profesionales para un año que empieza que sean estimulantes. La empresa ya nos los ha puesto, pero ¿tú te los has puesto a ti mismo? porque te digo una cosa, como no tengas esos objetivos y metas, el brillo no acudirá a tus ojos, y por lo tanto, es imposible que transmitas algo más que una mirada triste, y eso nadie lo quiere y nadie lo compra; ni tus alumnos, ni tus clientes, ni tus empleados, ni tus colaboradores, ni tus proveedores, (dejemos de llorar por todo y pasemos a la acción).

Ilusión por un futuro mejor, esa es mi medicina para el comienzo del año, de un año muy difícil, tal vez el más difícil para los nacidos después del 60, pero es lo que toca, ahora bien, depende solo de nosotros el plantearnos esos objetivos con sensatez y a la vez con pasión, imagina eso que quieres para ti y tu familia en diciembre, pues a por ello, el medio suele ser el trabajo, ya sea por cuenta propia o ajena y si eres o estás jubilado, el trabajo lo tienes con el que está a tu lado, así que no tenemos excusas para afrontar un año con más fuerza que nunca, porque nos hará falta en un año de Pandemias y Filomenas.

La ilusión se estimula a través de imágenes, esas que hacemos propias en nuestra pantalla mental, esas que decidimos que sean parte de nuestra vida, y no hablo de dinero, ni de cosas caras, sino de cosas que nos hagan sentirnos vivos. Imagina ahora: ¿Qué hay más rico que un par de huevos fritos con puntilla, patatas fritas, un buen vino español y en buena compañía?, ahora, si quitas la compañía, la misma comida se convierte en dos tristes huevos con cuatro patatas.

Moraleja: Pequeñas ilusiones compartidas y confianza en la Divina Providencia, porque él sabe antes que nosotros lo que queremos, pero también lo que necesitamos, y a veces no coincide.