La ola todavía no ha roto, ni en España, ni en el resto del mundo; queda que rompa y llegue a la costa, no soy pesimista, es lo que veo, mi vista llega a ver a aquellos que viven cerca del mar; los arribistas, los esnobistas, los avaros, los ególatras, los perezosos, los que no controlan sus tentaciones, los que buscan ser vistos solo para sumar, etc..

Se librarán los justos, los humildes, los sencillos, los pobres de corazón, los trabajadores por vocación, los que hacen empresas fruto de su servicio a otros y no como consecuencia de su avaricia.

Un nuevo mundo llega, serán 7 años de duro camino, pero más duro será para aquellos que sufran por perder. Nada tuvimos, nada tenemos, nada perdemos; porque lo que vale de verdad no está en cosas materiales, sino en las cosas sencillas, esa es la lección que debemos de aprender, yo también.

De tanto correr, nos hemos roto. Demasiadas prisas, sin saber, que el final del camino solo había un precipicio. No volveremos a ver en muchos años a millonarios haciendo deporte; me da igual fútbol, tenis, baloncesto, golf, automovilismo, etc.. Eso, ya es historia.

Creo que la voluntad de Dios es que paremos, que pensemos, que pidamos perdón de verdad, que agradezcamos lo que tenemos, y que mejoremos con su ayuda y ayudemos  a otros a mejorar, esa es la puerta estrecha, y el camino es jodido, angosto, dice el Evangelio.

Todavía nos queda mucho camino a los hijos de Dios, pero ni tenemos, ni podemos perder la fe o la esperanza. El nos quiere, ya lo dice en el «Sermón del Monte».

Recordad un cosa: El diablo vive en una Jaula de Oro, preciosa, pero cuando entras es muy dificil salir, y Dios ha venido a sacarnos de la jaula a todos, y eso no será ni fácil, ni rápido, porque siempre nos deja a nosotros «el libre albedrío».

La última decisión es siempre nuestra.

Buen día