Como empresarios, a veces, pretendemos que nuestros vendedores sean muy listos en la calle y nos traigan contratos de clientes nuevos de manera constante y creciente, pero que no sean tan listos a la hora de ver lo que sucede dentro de la empresa, y ya no digo nada a la hora de retrasos o cancelaciones en el pago de comisiones o incentivos por el artículo 33 (por que le sale de los c……s al empresario).

Yo soy empresario y vendedor, precisamente por ello le digo, que si usted es empresario, no pacte unas comisiones con un buen vendedor que no pueda pagar o que vaya a tener que modificar a corto plazo, los buenos vendedores son «muy escasos» y le aseguro que el que más perderá será usted como empresario y si te toca al otro lado de la barrera, es decir,  si es vendedor, sea comprensivo en momentos de incertidumbre o crisis, porque ahí también se ve nuestra calidad como vendedores, porque una cosa es que nos vacilen, eso no lo permita, y otra muy distinta, es que un empresario quiera pagar y no pueda, y eso se ve, así que dicho lo uno y lo otro, no seamos más listo de lo que toca.

La honestidad tiene que partir desde dentro de la propia empresa e irradiar a todos los que la rodean, ya sean empleados, colaboradores, proveedores, y por supuesto es un valor que el cliente valorará muy positivamente, eso también le llegará.

Cuando un empresario no quiere pagar una comisión, es una batalla perdida para el empresario, puesto que el vendedor encontrará rápidamente un lugar en el que poner su valor de manifiesto y por el contrario, al empresario, le costará un mundo encontrar otro tonto al que engañar. Les dejo una frase que o decía un amigo mío, empresario y cliente:

«Si quieres monos, dales cacahuetes, pero si quieres leones, tienes que darles solomillo»