Empezar el año siempre representa un reto a nivel personal y profesional para todos nosotros, es el momento de las promesas que casi nunca cumplimos. Hoy, quiero daros mi visión particular sobre cómo cumplir las promesas en mayor grado de lo habitual, al menos, la que me funciona un poco mejor a mí.
Una vez, hace unos cuantos años, durante un curso que daba en Málaga, preguntaba a una de las asistentes por qué no se compraba una casa, ella me respondió: «- Ángel, porque no puedo». Ahora, cuando miro hacia atrás en mi vida y veo la cantidad de dinero que yo he malgastado en cosas sin valor alguno y en algunos casos, en cosas o acciones nocivas para mi salud física y mental, creo que todos, cuando miramos atrás, vemos que hemos tirado el dinero en cosas que no aportaban mucho de alguna manera, pero en ese momento «nos apetecía hacerlo», como dice mi amigo Alfred, somos humanos.
Lo que nos apetece a corto plazo, y os habla un hiperactivo con déficit de atención, no es lo que nos conviene, y con esto, quiero decir que yo llevo desde los 30 años comprándome pisos como obligación, como el Barón Munchausen, que tenía una pesa atada al pie para evitar volar por el poco peso que tenía, pues así hago yo, por mi mala cabeza, tengo que obligarme a ir siempre apretado de gastos, porque de otro modo, lo único que hago es, quemar el dinero. Yo soy muy humano.
Dicho esto, sé que no todos tenemos la misma capacidad, pero si el mismo tiempo y es el tiempo y el uso del mismo lo que determina la productividad del mismo, que no la riqueza, porque digo claro, no hablo de dinero solo.
Cuando empezamos el año, podemos arrancar con metas estimulantes, alcanzables y medibles o sin sueños y una apatía tremenda por haber gastado más de lo que debíamos, pero es que todos lo hacemos en navidad, pero lo bueno de esto es que estamos al inicio del año, y como digo en el título, es un año más, pero también un año menos de vida lo que nos queda para seguir sacando brillo a los talentos que Dios nos ha regalado al nacer y por ello, solo por ello, merece la pena intentarlo de nuevo. Ray Krock fundó Mcdonals con 53 años.
Volviendo al inicio del párrafo, ¿saben lo que dije a aquella alumna del curso?:
Perdona Marta, (que así se llamaba), ¿tú tienes hijos?,
– Si, me dijo ella. Una de 3 años.
Y si yo secuestro a tu hija hoy y no te la devuelvo si no me pagas 45.000€ en dos días, ¿los conseguirías?
– Bueno, creo que sí, claro, sobre todo si mi hija está en peligro.
Pues entonces, creo que sí que te puedes comprar un piso pero no te atreves a meterte en ese tinglado.
Conclusión: Cuando la situación nos fuerza, fortuita o voluntáriamente, hacemos cosas que no son habituales en nosotros y más cuando estamos ilusionado y motivados. Empieza el año, empieza una oportunidad más de crear, de soñar, de construir un mundo en el que podemos ser de nuevo «o protagonistas o actores secundarios», aunque sea durante un breve instante de este regalo llamado vida.
¿Por qué no lo intentamos y conseguimos esos 45.000€?
Buen comienzo de año y salud para todos es mi deseo más siencero.