Te levantas, estás raro, no quieres hacer eso que te hace daño, pides y pides y pides, pero hay algo dentro de ti y de mi que nos impide ser coherentes, sabemos la decisión correcta, pero hay una fuerza interior que nos lleva a lo que queremos hacer y no a lo que debemos hacer, no tenemos el control.
¿Te suena?
Estos momentos son los más complejos de manejar, esos en los que la boca nos sabe a hiel, y aún puede ser peor, son esos momentos en los que nos dejamos llevar por la autocomplacencia, el personaje puede con el alma, son momentos de sufrimiento previo y luego llegará el arrepentimiento y posiblemente de efectos colaterales negativos a personas que nos quieren y que no tienen culpa de nada.
Solo el silencio, la calma, y saber sufrir, y si no sabemos, ser conscientes de que no sabemos y de que en esas ciénagas no sabemos nadar, no ayudará, eso ya es un comienzo, porque luego, y sabiendo nuestras debilidades, nuestras incapacidades, irémos mejorando, pero desde la humildad, desde el saber que somos muy débiles y frágiles, es cambiar de piel cada vez que sucede esto, es muy doloroso, es catártico, pero es necesario pasarlo mal y ser conscientes de ello, ese dolor curará y nos hará más fuertes, pero lo más duro es aguantar.
Hacer lo que debemos, en vez de lo que queremos, ese es el reto más importante de cualquier vendedor, y creo que de cualquier persona, si superamos eso, hemos ganado un poquito del cielo en la tierra.
Buen mes de febrero del 2020