Lo que nos está pasando es como un mal sueño, pero claro, de aquí no se puede despertar porque es la vida real, hemos pasado y pasaremos por muchas emociones, quiero escribir sobre las que creo que son más respresentativas, y además, con un fin, ayudar/me/nos a ser mejores.
Apatía.- Fue el momento en el que se decía que en China había una gripe fuerte y moría gente, era como lo del Evola. Pensamos muchos, esto aquí no llega, ja ja ja. El Evola fue un aviso, como tantos, pero no escuchábamos, teníamos la música del consumismo muy alta.
Incredulidad.- Fue el momento cuando el Covid19 saltaba a Europa, en especial a Italia, en ese momento, ya empezamos a pensar, sí, a pensar, no a pasar, fue como despertar de una larga noche de fiesta.
Miedo.- Aquí el bicho llegó a la puerta de casa, lo teníamos dentro, los mayores morían, y pasabamos de los 1.000 muertos en España, la cosa ya no era solo de los países tercermundistas, esta, iba a ser una crisis global, en un mundo global, y no iba a hacer distinciones de religión, sexo, clase social, o equipo e fútbol; entonces, empezamos a pensar en nuestro «Dios de Barro», el dinero, puff, otro error más.
Ansiedad.- Muchos días sin salir de casa, tentados de hacer el tonto e ir a 10 km a hacer la compra, pero todo fruto de la ansiedad y de lo mal acostumbrados que estábamos, habíamos vivido más de 40 años, con el «culo veo, culo quiero, culo tengo» y ahora eso no valía, por lo tanto, «toma ansiedad al canto», al niño consentido, le habían prohibido la videoconsola.
Euforia.- No lo hemos vivido, pero lo viviremos, y es cuando nos dejen salir de casa, pero ojo, este estado de optimismo durará poco, porque el daño a la economía ya está hecho, la sociedad el bienestar la habremos quemado, los miles de muertos no van a desaparecer de nuestra mente, será una euroria fragil y pasajera, así que no se confíe, porque las recaidas son peores que las caidas.
Humildad.- Esta debería de ser nuestra curación, nuestra meta, reconocer que no somos nada, que nada de lo material sirve en un mundo inventado por otro, y que la voluntad de Dios (el otro) es lo que marca nuestra vida, tan solo nos deja elegir hasta que queremos la destrucción del «ser humano», habíamos dejado de ser humanos, se lo aseguro.
Así que vuelta a los inicios. El que no cure de esta o de las 6 que faltan, morirá, aunque su corazón siga latiendo.
Buen lunes